viernes, 5 de agosto de 2005

Viernes 5. Agosto 2005... Concierto de Julio Castejón y los Trípodes


Llevaba mucho tiempo sin poder ver a Julio y compañía, porque la verdad que tocando se prodigan poco, y no siempre lo bastante cerca de Madrid como para acercarse. La ultima vez que los había visto en directo databa ya del 20 de Agosto de 2004. Así que cuando me enteré que tocaban dentro de mis fechas vacacionales, pensé que podría ir.
Al principio, no sabia donde estaba Las Heredades, y en los primeros mapas que consulté no aparecía por ningún lado, al final, descubrí que estaba en Alicante, a 23 Km. de la playa del Pinet, lugar donde más de un año me he dejado caer unos días, a ponerme coloradito de sol. Como todo se presentaba de cara, no dude en configurar mis vacaciones para estar el día 5 en la costa alicantina y poder acercarme a Heredades. Dicho y hecho organicé todo empaquete a mi mujer y a la niña rumbo a la playa y el día 5 me presente muy coloradote como un giri más a ver a Julio y los Trípodes.
Como mi sentido de la orientación dentro de un coche es similar al de rompetechos, el día definitivo no esperé mucho, justo después de la sagrada siesta vacacional de rigor, me subí al coche para buscar in situ como se llegaba hasta Heredades, y donde se celebraba el concierto. Después de casi una hora para recorrer los 23 Km. y bordeando Heredades por 14 lados diferentes, al fin conseguí dar con la localidad y localizar el escenario dentro de los terrenos del polideportivo.
Cuando llegue, estaba probando sonido el grupo que cerraría el concierto (ya ni me acuerdo como se llamaban) y tuve la ocasión de saludar a todos los Trípodes que ya se encontraban allí esperando su turno de prueba, y esperando a los pipas contratos que no llegarían hasta bastante después cuando ya los trípodes habían descargado y montado todo (o casi todo) el equipo en el escenario.
Después de saludar a toda la banda, y estudiar el sitio, decidí irme, porque todavía quedaba mucho para empezar el concierto, y Julio estaba programado para más allá de la media noche. Así que me fui a cenar con mi mujer y mi hija hasta mas tarde.
Unas horas después, habiendo ya cenado en un restaurante (donde por cierto estaba cenando Sara Montiel con sus hermanas y su cuñado), volví a subir al coche para volver a Heredades. Afortunadamente, ya había hecho esa misma tarde la inspección del terreno para saber como se iba, porque me volví a perder y volví a emplear casi un hora en volver a recorrer esos 23 Km.
Cuando llegue era casi la media noche, y ya estaban allí el amigo Bamberg y el club disney cartaginense encabezado por el buen amigo Koseki-Saratogo. Después de más saludos y una cervecita, cerca de la una nos acercamos a las primeras filas porque iba a empezar el concierto de Julio y los Trípodes.
El concierto empezó tres veces, ya que empezaron a tocar, mientras sonaba por los altavoces la música de ambiente, sin que desde la mesa se coscaran de nada. Después de volver a empezar, a los pocos compases, Julio volvió a parar el tema por problemas de sonido (o ausencia de ellos en los monitores). Por tercera vez empezaron a tocar el Corazón de la Manzana que esta vez llevarían hasta el final, aunque con claros síntomas de problemas técnicos que se reflejaban en la cara y gestos de Julio. Que justo nada más acabar el tema, se acerco a borde del escenario, para indicar, los problemas de sonido que sufrían.
Después de saludar al publico y pedir perdón por el inicio tan problemático de la actuación, siguieron con el concierto con dos temas más del ultimo disco, en concreto Vidas Paralelas y el Viejo del Spray, para empezar con el primer bloque dedicado a los temas de Asfalto, en concreto Espera en el Cielo, con un nuevo arreglo al inicio del tema, Todos los Días y El hijo de Limberg. Poco a poco el sonido había ido mejorando y ha estas alturas ya no nos acordábamos ni publico ni músicos de los problemas del principio.
Así seguiría el concierto, intercalando temas del disco El Corazón de la Manzana, con los temas de asfalto. A resaltar la versión realizada del Déjalo Así donde el Carlos Parra toma un especial protagonismo, en la versión acústica que hizo el Julio en solitario del Yesterday Beatleniano, como recuerdo a que se cumplían 50 años de la masacre de Hirosyma.
Para cuando acabo el concierto ya eran casi las tres de la mañana, así que después de despedirnos de los colegas ya solo quedaba despedirnos de los colegas e irnos a planchar la oreja y hasta el próximo concierto.