Cuando a principio de verano, me enteré que Julio Castejón y
los Trípodes, volvían a tocar en las fiestas de Guadalix, me alegre, ya que
sabia que iba a ser como tocar en casa, y eso es siempre una garantía.
Como no era el primer año que tocaban en este pueblo, ya sabía que la espera
podía ser larga, así que me tomé la tarde con calma, y aproveché para ver en
televisión algo parecido al fútbol entre España y Canadá, antes de dejarme
caer por Guadalix. Cuando llegué a la plaza, ya habían empezado el grupo
previo, un power trío, tocando rock instrumental a lo Rush algo mas Funky y bastante potente y muy interesante
pero que no llegue a enterarme del nombre del grupo. El concierto, se realizó
en la plaza del pueblo, delante de la fachada principal, esa tan famosa desde
la que Pepe Isbert dijera hace tanto tiempo lo de Bienvenido Mr Marshall, y
que al ser fiesta se mostraba con mucho ambiente, aunque sin estar repleta.
Después de una breve pero intensa actuación, se hizo el cambio
de escenario, para que salieran Julio y compañía. El escenario bastante amplio
era igual que la anterior visita a Guadalix, con las dos plataformas de la
rockorqueta, sobre las que se ubicaban Antonio Sánchez (a la izquierda del escenario)
y Carlos Parra (a la derecha). El concierto empezó exactamente como el que
había podido ver escasamente un mes antes en Heredades, con El Corazón de la Manzana
y Vidas Paralelas encadenadas. El sonido muy bueno desde el primer momento,
con los teclados más en primer plano que otras veces, en una mezcla que
personalmente me gustó bastante más que en Heredades.
Después de estos dos temas, Julio se acercó al borde del
escenario para saludar a la gente, y presentar el siguiente tema. Paco Benítez,
aprovechó para saludar a sus hijos, que estaban frente a el junto el
escenario. Saludo que repitió varias veces.
Después de una compacta (cada actuación más) interpretación del
Viejo del Spray, llegó el turno de los primeros temas de Asfalto. Como ya es
normal, el primero en caer fue Espera en el Cielo, con el nuevo inicio que ya
vimos estrenar en Heredades, delicioso, aunque pienso que Paco Benítez no
estuvo tan fino (lo siento tío, sigues siendo un hacha!!). Nada más empezar el
tema, algo ocurrió con la guitatrra negra de Julio, que tuvo que cantar el tema sin
tocar ningún instrumento, situación en la que no recuerdo haber visto nunca a
Julio. La Gibson desaparecería del escenario y no volvería
a aparecer en todo el concierto y Julio tendría que sustituir su habitual
Gibson Les Paul negra.
Del ultimo disco de Asfalto, pasaron al primero con el tema
Todos los Días.
Esta sección de Asfalto terminaría con un tercer tema, que
como en Heredades fue El Hijo de Lindbergh. Esta delicia de tema, sonó de
forma soberbia, debido al gran equilibrio de sonido que consiguieron desde la
mesa de mezclas para los teclados y la guitarra consiguiendo un gran clímax en
su parte intermedia..
Sobrepasada la media hora de concierto, toco el turno a la Voz
de la Mañana, un tema alegre donde a Edu, Paco y Julio se les vio radiantes y
cómplices con las primeras filas del publico, donde claramente se veía que
tenían muchos amigos y familiares.
El siguiente tema, fue el Déjalo Así con un enorme Carlos
Parra en un tema en que cada día toma más protagonismo. Le siguió el mítico
Mas que una Intención que Julio canto a la guitarra. En ese momento intenté
recordar si en otros conciertos no lo había hecho al teclado y no conseguí
recordarlo (eso me pasa por haberlos visto tan pocas veces). La que ya no
olvidare fue la versión de este día, con un Julio especialmente agresivo con
la guitarra, que nos deleitó con un inflamable solo en mitad del tema. En la
que como se dice se gustaron...
El siguiente tema, presentado por Julio sobre un fondo de
teclado, fue Prohibido Llorar, un tema que se construye entre todos los
instrumentos y que gracias al sonido de esa noche, se convirtió en una de las
mejores versiones que les he visto.
Acabaríamos la primera hora de concierto, con el Mismo Sol la
Misma Duda, tema alegre y directo, que a todos no hizo saltar, y en la que los
propios músicos se mostraron muy sueltos y divertidos.
Este fue el momento, reservado a la gran sorpresa de la noche,
ya que Julio presento a Enrique Cajide y a Jorge Banegas, que se encontraban
entre el publico, invitando a Jorge a subir al escenario, e iniciando una
sección acústica de teclado y guitarra entre Julio y Jorge. Los temas
elegidos, fueron Canción para un Niño, Nadie ha Gritado, La Otra Maria y el
Viejo. En este tema Enrique Cajide se subió a la batería. Sin lugar a dudas
una absoluta delicia y un regalo para todos los Asfalteros que estabamos allí.
Después volverían los Trípodes, aunque Jorge no se bajaría del
escenario, y como sexteto interpretarían Es Nuestro Momento, donde Julio
presentaría a los miembros de el grupo, en el formato ya habitual, en que cada
uno se marca un pequeño solo. Sin duda la precisión interpretativa de toda la
noche, claramente bajó por la inclusión de forma improvisada de Jorge, pero el
nivel emotivo todavía aumentaría más.
Después de despedirse, pero sin llegar a bajarse del
escenario, y con la misma formación se despidieron con el Días de Escuela,
donde Jorge se mostró más perdido, con la personal adaptación del tema con el
que habitualmente cierran Julio y los Tripodes.
Después de esto solo quedaba conducir hasta casa, y esperar el
próximo concierto. Esperemos que no tarde.